EL OÍDO ABSOLUTO

28.11.2014 23:39

                                                

 

    Tan solo una de cada 10.000 personas tienen esta capacidad casi sobrehumana: el denominado oído absoluto 

 

Básicamente consiste en la habilidad para identificar una nota musical sin ningún tipo de referencia externa, e incluso cantarla – lo cual suele ser un poco complicado debido a cómo funcionan las escalas y las notas musicales.

La gente que posee oído absoluto –se nace con ello– puede identificar generalmente una o varias notas a la vez, por ejemplo en un acorde de piano o guitarra. También pueden identificar a qué nota corresponden ruidos como las sirenas de las alarmas o el timbre o la bocina de una bicicleta o un coche.

El oído absoluto generalmente se considera una bendición pero a veces se torna en una maldición: imagina ir a un concierto y oír perfectamente cómo desafinan los músicos, o cómo algún instrumento suena en la escala equivocada… Es algo que puede volverse insoportable para alguien con el oído perfecto. A veces, dice uno de ellos, «preferiría poder activarlo y desactivarlo en mi cabeza».

Debido a las ventajas que confiere este peculiar superpoder, muchos de los que lo poseen se han dedicado al mundo de la música: dicen que Mozart, Beethoven y Chopin eran algunos de los más famosos; Stevie Wonder, Barbra Streisand , Ray Charles o Mariah Carey están entre los contemporáneos. De los más cercanos, tal vez la más conocida sea Ana Torroja.

 

                             RAY CHARLES

 

A partir de 1762, la familia Mozart se embarcó en una verdadera gira por Europa que cristalizó en el reconocimiento del pequeño Wolfgang Amadeus como un prodigio musical. Una carta sin firma al periódico Augsburgischer Intelligenz-Zettel, de la ciudad de Augsburgo en Baviera describía las extraordinarias habilidades del muchacho de siete años. La carta incluía lo siguiente:

“Aún más, vi y oí cómo cuando le hacían escuchar desde otra habitación y le iban dando notas, unas altas y otras bajas, no solo en el pianoforte sino también con cualquier otro instrumento imaginable, él identificaba el nombre de la nota en un instante. De hecho, oyendo el tañido de una campana, o a un reloj, incluso de bolsillo, dar las horas, era capaz de identificar en ese mismo momento a qué nota correspondía.”